10 Top-Tips para abordar (y bordar) una entrevista de trabajo

¿QUIÉN DIJO MIEDO? DESMITIFIQUEMOS!

Las entrevistas de trabajo generan habitualmente mucha ansiedad en el candidato; tendemos a pensar que no tenemos ningún tipo de control sobre ellas y que el éxito depende exclusivamente de factores externos como el carácter del reclutador, nuestro recorrido profesional anterior o el número de másters del universo que hayamos cursado. Pues bien, en este post vamos a desmitificar este pensamiento porque lo cierto es que hay muchos aspectos que dependen de tí y que seguramente desconoces…

 1- Tu currículum VITAE:

Ahondaremos más adelante en qué y cómo debe ser de manera concreta un Currículum Vitae (CV en adelante), en este post nos vamos a centrar en qué dice de tí:

Tu CV es tu carta de presentación: muestra aspectos más allá del contenido a través de su forma; el orden de tus ideas, tu transparencia, tu interés por la posición concreta que están ofertando y para la que aplicas tu candidatura… etc., la claridad con la que ordenes tu experiencia laboral o tu formación y qué es lo que destacas en el mismo correlaciona generalmente con el interés con el que el reclutador quiere conocerte.

Un buen CV en forma y contenido llama la atención y genera interés.  Pero María… ¿y qué es un buen CV? lo veremos en otro post específico, por ahora me interesa que retengas que no sólo «somos lo que comemos» sino también «que somos y reflejamos más de lo que escribimos». Ah! y por ir calentando motores: no vale que te hagan el CV, si no es tuyo, si no lo has desarrollado tú: es muy probable que te pierdas en su defensa, en la futura entrevista a la que has accedido.

Y…piensa una cosa… si han leído mi CV, y me han llamado… ¿no es síntoma de que ya generas interés? Bien! un minipunto para tí… estás en camino!

 2- La llamada de teléfono, cita a la entrevista:

Las empresas que inician un proceso de selección han hecho un cribado previo de currículums: no se los leen todos obviamente ni dedican más de unos segundos a «leer en diagonal» el contenido del mismo. Un buen profesional de RRHH sabe si un CV puede ser de su interés «a primera vista» (de ahí que le ayudes en contenido y forma como te indicaba en el apartado anterior). De 300 candidatos que presentan su currículum a una oferta, sólo un porcentaje muy pequeño recibe una llamada de «buenos días, le llamo de la empresa XXX en relación al proceso de selección al que ha remitido su CV, ¿es buen momento para hablar de ello?».

Estupendo, presta atención porque esta llamada es tu primera entrevista y aquí empieza la acción; toma nota y analiza cada uno de los por qué:

1. Si estás buscando trabajo ten siempre-siempre a mano papel y boli: llévalo contigo. No van a llamarte para una posición cuando estás en tu escritorio en ese espacio que tienes reservado para buscar trabajo… te llamarán como la Ley de Murphy indica cuando has ido a hacer la compra o desplazándote en autobús. Es muy muy importante que antes de colgar la llamada tengas una serie de datos en tu poder: nombre de la persona que te llama, su número de teléfono, el nombre de la empresa, el puesto para el que te entrevistan, la dirección y la hora a la que te citan. Sí: la hora, ese dato que crees que nunca se te va a olvidar porque es justamente el más fácil y que si te fías de mí un poquito: apúntalo en el momento.
2. Pégate el móvil que has dado en tu CV «con velcro» a la mano. Es un «decir» pero lo normal es que te llamen una vez, no dos. Si no te localizan de primeras es síntoma de que no tienes tanto interés en posibles ofertas, eres un poco «desastre» o tienes poca disposición o disponibilidad. Buscamos gente entregada para nuestra empresa y nuestro tiempo para reclutar es muy limitado: si no me atiendes de primeras tengo 200 CV más que se pondrán por delante de tí. Tienes derecho a ir al baño sin el móvil por supuesto, pero no lo pierdas de vista y si lo haces revisa rápido si hay «novedades» en cuánto te sea posible. Si estás en un curso o en el médico activa la vibración, nunca silencies el tlf al 100% salvo que estés en una entrevista de trabajo.
3. Falta de cobertura o móviles sin batería: si estás buscando trabajo es tu responsabilidad tener el tlf siempre a punto. Da de alta «la llamada en espera,» Deja las Apps que te consumen batería para cuando estés en casa con cargador a mano, y si vas a estar en lugares con poca cobertura: revisa el tlf en cuanto tengas ocasión y devuelve esas llamadas a números extraños en el minuto cero.
4. Sonríe. Sí: sonríe al coger la llamada. Eres una persona amable y agradable y tu lenguaje no verbal se percibe al otro lado de la línea; a nadie le gusta trabajar con gente extremadamente seria o seca o con pocas habilidades sociales. Contesta a sus preguntas, haz las tuyas, y muestra disposición, ganas, entusiasmo. Tus competencias también se perciben desde el otro lado del tlf según de qué manera saludas, hablas o te diriges hacia el interlocutor… ya estás generando más o menos expectativas sobre quién eres ¡a por ello!.
5. ¿No te viene bien el día «D» o la hora «H» para la entrevista personal a la que te están citando?. Piensa antes si ese café con tu amigo no se puede postponer o si realmente nadie puede sustituirte para recoger a tus hijos al cole. Si es imposible adaptarte, indícale que estás muy interesado pero que te es realmente imposible en ese hueco de agenda y ofrécele alternativas inmediatamente antes o después. Procura que no se postponga demasiado porque otros irán delante de tí y tu posicionamiento como candidato puede peligrar.

 

  3- PREPARA LA ENTREVISTA

Sí, tu trabajo no ha hecho más que empezar…

1. Busca dónde está la ubicación exacta de la entrevista y alternativas de ruta; calcula cuánto tiempo te tomará ir y súmale como mínimo 30 minutos más.
2. Busca información sobre la empresa en internet: publicaciones, noticias, a qué se dedican, y si es posible que te entrevistes con amigos/conocidos que estén o hayan estado dentro que te puedan dar información «no formal», mejor que mejor. Es importante que sepas dónde vas y qué cultura empresarial tienen: ¿gente joven y abierta?, ¿creativa?, ¿muy de formalismos?. Esto te va a dar pistas sobre cómo comportarte o cómo destacar.
3. Revisa tu CV y adáptalo a ese puesto destacando tu experiencia y formación. Imprime dos copias y llévalas en un «folder» o carpetita a la entrevista. Les entregarás una copia cuando llegues a la entrevista y sumarás puntos a la par que controlarás la información que tienen de tí.
4. Trabaja mentalmente tu CV: piensa qué hiciste en cada puesto anterior que pueda ser de valor para esta posición y prepara «respuestas tipo» como: por qué te interesa ese puesto, motivos por los que terminaste tu relación laboral anterior, situaciones difíciles que te hayas encontrado en tu vida profesional y cómo las has solucionado con éxito, 3 defectos y virtudes personales, etc. Por si te sirve de ayuda, retomaré este tema en futuras entradas del blog.
5. Prepara tu «look». Es recomendable que tengas siempre una percha en el armario reservada para cuando llegue este momento. Sea cual sea el puesto o la empresa hay vestimentas que nunca podrán ser adecuadas: ropa deportiva, chanclas, ropa especialmente ajustada, escotes pronunciados, etc. Debes dar una sensación de formalidad que se ajuste a tu personalidad y cada uno tiene su estilo. Los tatuajes, piercings, etc., deben desaparecer del campo de visión del entrevistador.

 

 6- SE ACERCA EL MOMENTO…¿QUÉ ME LLEVO?

Un cuaderno limpio y presentable, bolígrafo (testado: de los que pintan y no nos dejan «colgados») y dos copias de tu CV. Igualmente debes llevarte los datos de contacto de la persona que te llamó por teléfono, la dirección, batería en el móvil (y saldo), dinero por si finalmente tienes que tomar un taxi y… mucha energía!, ¿porque limpio y aseado ya lo estás, no?.

 6- SÉ PUNTUAL

Ha llegado el día, sal de casa con tiempo suficiente para perderte y encontrarte. No hay excusa para retrasarte ni cinco minutos, y si lo vas a hacer: ten un buen motivo y llama por teléfono para avisar. Recuerda que tomaste nota de todos los datos relevantes en la llamada y los llevas contigo, así que llévate haz uso de ellos si la situación se vuelve «misión imposible».

 7- LLEGO PRONTO… ¿QUÉ HAGO?

Enhorabuena, has llegado y tienes muchas herramientas a tu favor: a los nervios de la entrevista no estás sumando el típico «pfff llego tarde», las carreritas por el metro que te hacen sudar más de la cuenta y que tu corazón lata a mil!. Bueno, pues ahora busca un lugar donde estar tranquilo y centrarte en tu discurso. Puedes hacer tiempo en una terraza de la zona, pero si te metes en un bar no te recomiendo un café: te dejará la boca reseca y un olor fuerte, al margen de que te «sobreexcitará».  Lo mismo si fumas: el olor a tabaco se impregna en todo tu ser y no es agradable para el que te entrevista compartirlo en la sala a la que te den paso. Por cierto, este es el momento perfecto para silenciar totalmente tu móvil (vibración incluída), y unos 10 minutos antes de la hora fijada: entra al edificio al te han citado.

 8- ME PRESENTO, ¿PERO CÓMO LO HAGO?

Naturalidad. Lo normal es que entres a un edificio totalmente desorientado así que, pregunta. Identifícate como el candidato que acude  a una entrevista con el Sr. o Sra. «X» y sigue sus indicaciones. Espera dónde te acomoden y respira relajadamente. Elimina todos los pensamientos que sean negativos o que puedan alterarte más y verbaliza mentalmente que estás ahí porque les interesas y ya has pasado dos filtros: la criba curricular y la llamada telefónica. Estás a un paso y eres válido porque sino, no perderían el tiempo contigo. Vas a hacerlo bien, y vas a evaluar si a tí te interesa lo que ofrecen. No estás mendigando un puesto de trabajo sino que vas a verificar si es un contrato en el que todos ganan: tú porque te interesan sus condiciones y el puesto a desempeñar, y ellos porque «compran» a alguien que les va a desarrollar un trabajo profesional para el que vales.

Pasa si quieres al baño a lavarte las manos o comprobar tu aspecto físico (peinado, que tu chaqueta esté bien puesta, etc.) y, cuando vengan a recibirte, levántate tranquilo, sonríe,  y extiende la mano para ofrecer un saludo formal y correcto. Sigue al entrevistador por el pasillo (detrás de él) y espera a que te den paso a la sala y te indiquen dónde sentarte. Si tardan en hacerlo, toma la iniciativa y consulta si puedes tomar asiento dirigiéndote hacia algún sitio en concreto. Despréndete tranquilamente de tu abrigo, bolso, etc., y facilítale la copia de tu CV que llevas preparado, dejando tu copia encima de la mesa para tu lectura por si lo necesitas. Deja tu cuaderno y bolígrafo a mano porque es posible que tengas que tomar alguna nota.

 9- LA ENTREVISTA INDIVIDUAL:

Tu lenguaje verbal y no verbal tiene que indicar interés, acción y formalidad durante la entrevista.  Vigila las posturas «cerradas» como el cruzarte de brazos o apretar los puños, así como lo contrario: recostarte sobre la silla o sentarte sobre el filo de ésta dejándola en semi equilibrio. Establece contacto visual con naturalidad y mantén en tu cabeza el objetivo de vender tu mejor producto: tú.

Escucha y responde a lo que te preguntan, no te adelantes ni interrumpas al entrevistador.  Sé agradable y vigila no mostrar mucha transparencia si algo no te parece bien. Llegará un momento en el que puedas plantear tus dudas y es bueno que lo hagas: habrá mil aspectos técnicos que quieras clarificar para hacerte una mejor idea sobre lo que te ofrecen. Por cierto: no es buen momento para preguntar sobre las condiciones económicas de manera muy directa por mucho sea una de las cosas que más te interese saber. Hay muchas maneras de ser sutil… pregunta por las obligaciones del puesto, personal al cargo, el número de personas que componen el equipo o si tu futuro equipo de trabajo está ya consolidado. Sólo al final de tu ronda de preguntas puedes abordar cuándo esperan cerrar el proceso y cuándo podrán informarte de las condiciones más concretas del puesto (banda salarial, tipo de contrato, condiciones concretas, etc).

 10- YA ESTÁ HECHA… ¿YA ESTÁ HECHA?…¡YA ESTÁ HECHA!

Sí! Despídete con un apretón de manos y agradece lo que sea te haya resultado llamativo en positivo: el tiempo que te han prestado, el clima agradable que haya fomentado el entrevistador, el interés en conocerte, etc. Sonríe y despídete. Saluda a quién sea que te encuentres en tu camino de salida y sigue manteniendo las formas hasta que no estés al menos a una calle del edificio. Si tienes ganas de hablar con alguien sobre cómo te ha ido, espera hasta estar a una distancia prudente y recuerda que «el mundo es un pañuelo».  De camino a casa piensa en qué te han preguntado y cómo has respondido; sé crítico contigo mismo y piensa si eran o no respuestas oportunas y si has puesto en valor todo lo que aportarías a la empresa y a ese puesto en concreto. Si hubiera algo que crees es importante y que no has clarificado o has malinterpretado, envía un email o llama a la persona que te ha entrevistado para ampliarle la información.

Anota en tu agenda los datos y la fecha aproximada para la resolución del proceso, y cuando se acerque: llama para interesarte. Siendo educado y agradable no estarás siendo «un pesado-desesperado», sino un candidato válido y con interés: que es lo mejor con lo que se puede encontrar un entrevistador.